martes, 26 de noviembre de 2013

JOAN MIRÓ Y «COLLAGE» DE UN «COLLAGE»


Difícil sería concluir un estudio acerca de los papeles recortados, acerca del collage, sin hablar de Joan Miró. Y es lo cierto que él no ha creado sus collages al modo de los de Picasso, Braque, Schwitters, Matisse... Ha hecho, más bien, montajes, cuadros-objetos o cuadros-poemas, en posesión de un agudo sentido de la superposición, yuxtaposición e interpenetración de los planos. A través de cursivas arabescas o del surgimiento de un prisma luminoso, acierta Miró a jugar con el espacio, a suscitar nuestra atención por un tropel de insidiosas sugerencias que solamente son de él: páginas estridentes en rojos y negros. Esta es, en fin, la historia del collage, relatada y urdida en forma de collage. Sepa el lector que los doce párrafos precedentes de que consta el trabajo, corresponden, íntegros o fragmentados, a otros tantos autores que, por orden, digamos, de aparición, o lectura lineal, son los que siguen: Pierre Reverdy, Frank Elgar, Patrick O'Brian, John Richardson, Herta Wescher, Michel Seuphor, René de Solier, Giulio Carlo Argan, Herta Vescher otra vez, y otra vez Argan y Pierre Courthion, igualmente por duplicado. Me he limitado a pegarlos, uno tras otro, correspondiendo a ustedes decidir si en el empeño ha habido un mínimo de lógica narrativa.He tratado, llanamente, de contar la historia del collage a través de consideraciones, juicios y comentarios tomados de aquí y allá, harto más agudos y fidedignos que los que yo hubiera podido hurtar a mi presunto ingenio. Cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, pop-art y abstracionismo han venido a escena, con el epílogo de dos individualidades: Henri Matisse, verdadero precursor de las tendencias más al uso y Joan Miró, nuestro más genuino representante entre los que viven. Si era el caso -me dije- contar o resumir la historia del collage, ¿por qué no probar a hacerlo con sus propias armas, esto es, en forma de collage?

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