martes, 26 de noviembre de 2013

HISTORIA DEL COLLAGE


El collage es incuestionablemente una conquista del cubismo. Su inventor, o al menos su investigador, fue Braque. Cuando en 1911 agregaba, por primera vez, a uno de sus cuadros una inscripción en caracteres tipográficos, no tuvo la menor duda de hallarse a la vista de uno de los más grandes descubrimientos del arte moderno. ¿Vale como ello aceptar como precedente remoto del collage las letras que adornan los viejos manuscritos o las escrituras pintadas sobre cuadros y retablos religiosos del siglo XIV?



El dadaísmo no ha inventado nada, pero lo ha hecho todo. Todo lo ha hecho y lo ha vuelto a reinventar. No, Dadá no inventó el collage, pero a él corresponden los más extraordinarios de cuantos hayan visto la luz: los collages geométricos de Arp (con o sin la colaboración de Sofla Taeuber) y los de Schwitters, de una riqueza plástica que jamas ha sido sobrepujada.


 Arp


Sería difícil concluir un estudio acerca de los papeles recortados, acerca del collage, sin hablar de Joan Miró. Y es lo cierto que él no ha creado sus collages al modo de los de Picasso, Braque, Schwitters, Matisse... Ha hecho, más bien. montajes, cuadros-objetos o cuadros-poemas, en posesión de un agudo sentido de la superposición, yuxtaposición e interpenetración de los planos.


 Schwitters


Cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, pop-art y abstracionismo han venido a escena, con el epílogo de dos individualidades: Henri Matisse, verdadero precursor de las tendencias más al uso y Joan Miró, nuestro más genuino representante entre los que viven.


 Joan Miró

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